Experimentados, con capacidad técnica para subir el nivel del plantel, contrastados y un momento dulce de su carrera. Este verano la apuesta es por valores seguros.
Los cuatro que lleguen a Martiricos cerrarán una plantilla que deberá completar un recorrido más amplio al que lleva el esqueleto que tiene Manuel Pellegrini. Incorporaciones que supongan una estabilidad en la plantilla y la posibilidad de que la cantera se asome al primer equipo como puntal de carga en un medio plazo de tiempo, en realidad breve.
Contrastados
Mientras en el verano pasado, Cazorla acaparó todos los focos, la competición ha aupado a hombres como Toulalan, Isco o Joaquín a un papel preponderante, decisivo, en el funcionamiento del equipo. Un perfil similar, con una bomba en la delantera y un abanico de jugadores que se ha multiplicado con el pasaporte. Ingredientes perfectos para una afición que empieza a soltar de carrerilla alineaciones.
Nada que ver con el verano en el que desembarcó el jeque catarí. De los jugadores que llegaron aquel verano sólo Eliseu, Seba Fernández y Rondón tienen un papel importante en la obra que los andaluces estrenan a mediados de agosto. Los otros seis (Kris, Rubén, Malagueño, Quincy, Sandro Silva y Galatto) no han confirmado las expectativas que les dieron un contrato en el Málaga. En total, estos efectivos supusieron más de siete millones y medio de euros en traspasos para saldar la apuesta por Jesualdo.
Salvo sorpresa, los nueve que llegaron en el último estío sólo tendrán bajas contadas, dos como mucho. Pellegrini tiene muy claras las piezas de su esquema a reforzar y tanto Ghubn como la Dirección Deportiva están de acuerdo.
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