![]() |
El equipo andaluz estará por primera vez en toda su historia en la Champions, en la de verdad. Se lo mereció después de la brillante temporada pasada y de ser infinitamente mejor que los griegos. En Atenas no necesitó goles ni mucho menos lujos. Sobraban. No hizo falta nada de eso, sólo ser profesional y saber competir. El Panathinaikos fue eliminado sin tirar entre los tres palos en su supuesto estadio caliente. El tópico es más falso que un billete de 15 euros.
El Málaga supo a lo que fue a Grecia y todo lo hizo bien. Las florituras eran innecesarias. Se defendió con la pelota jugando con el resultado y, cuando no la tuvo, alejó al Panathinaikos de Caballero. Pisar el área malaguista fue noticia para el conjunto de Jesualdo Ferreira. Fue todo coser y cantar, pero para estar tan tranquilo había que ponerse serio.
"Me llamo Toulalan y aquí mando yo"
Pellegrini repitió el equipo de la ida con la excepcional entrada de Camacho por Maresca. El chaval sacó nota al lado de Toulalan, el guardia de tráfico. El francés fue un prodigio de colocación y sentido común. Juega al fútbol con la facilidad con la que respira.
El Málaga siempre controló la situación, siempre. Demichelis y Weligton sostuvieron el muro sin sudar. Por delante, Toulalan permitió las alegrías de Joaquín e Isco, que llegaron y pudieron marcar. No lo hicieron. No importó. Ya estaba por allí el general Jeremy para gobernar.
Nada cambió tras el paso por vestuarios. Al Panathinaikos no le quedó ni rabia por rebelarse ante el orden establecido por el Málaga, dueño y señor de Atenas. La visita al Olimpo comienza el jueves desde un bombo donde sólo están los dioses de todo esto. Allí, se vive muy bien.
Fuente: MARCA
No hay comentarios:
Publicar un comentario