Isco celebra uno de sus dos goles de anoche en La Rosaleda. El malagueño hizo un partido espectacular ante el campeón ruso. |
Ante la espantada del jeque Al-Thani (¿dónde vería el hombre el partido?), esa pasta sirvió para pagar parte de la deuda a la actual plantilla. Su ausencia ha permitido que Portillo entre en el once. Y con «Porti» se abre un capítulo que apunta a libro de best seller. Y el triángulo alcanza a Isco, empujado (sin Cazorla) a ser el líder del Málaga del «Ingeniero» Pellegrini en la creación y la elaboración del juego.
Isco pertenece a la estirpe de futbolistas que rara vez han vestido la camiseta blanquiazul. En él se encarnan la elegancia de Lauridsen, el genio de Juanito, el talento de Esteban, la habilidad de Amoroso, el regate de Joaquín, el carisma de Basti y la calidad de Cazorla. No sé el tiempo que veremos disfrutar a Isco en La Rosaleda. Desde luego, si no se negocia su contrato y no se eleva su cláusula de rescisión, se marchará en el próximo mercado invernal. Hay muchos Zenits de San Petersburgo sueltos por Europa, con dinero de petróleo y gas. Tampoco sé lo que tardará Del Bosque en subirle con los mayores definitivamente.
Isco se presentó ayer ante Europa, en el torneo fetiche del fútbol mundial, y se erigió en el gran protagonista del debut de la competición 2012/2013. Isco ha puesto al Málaga en el mapa europeo. Y ha entrado en el corazón de todos los malaguistas. Anoche muchos olvidamos penas y penurias y nos acostamos felices, con una sonrisa en la cara. Hoy volverán los problemas cotidianos, pero iremos al kiosco, a comprar el periódico del día, hablaremos del niño de Arroyo de la Miel entre el mordisco al pitufo y el sorbo al café, y guardaremos el ejemplar en la colección de Champions del malaguismo. Será único. Irrepetible. Como Isco, el estandarte del nuevo Málaga, el futbolista que anoche puso la Champions a sus pies.
Fuente: La Opinión de Málaga
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