´Bokerón mecánico´

GRACIAS,GRACIAS Y MIL GRACIAS EQUIPO!!!

Emilio Fernández Que me perdonen los puristas y los eruditos del balompié porque son las 22.40 horas, hace sólo diez minutos que ha acabado el partido en Bruselas, y este puñado de letras es fruto todavía del éxtasis futbolístico que acabo de vivir. Y es que hoy he visto al Málaga CF pasearse por un estadio mítico de Europa, frente a un otrora «grande» del continente y ante los ojos del mundo entero, fijos cada tarde-noche de martes y miércoles en la mejor competición de fútbol en la que un club se puede lucir.
En la ciudad del niño meón –Manneken Pis–, el Málaga hizo lo propio con el Anderlecht. Muy pocas veces habrá recibido el multicampeón belga una lección de fútbol como la que ayer le «propinó» el club albiceleste en todo su escudo.
A lo mejor es porque estoy todavía en estado de shock por lo que acabo de ver, pero el cuerpo me pide gritar bien alto que el Málaga CF es, hoy por hoy, el equipo que mejor juega al fútbol en Europa. Sí, en Europa. No me he equivocado. Ni Real Madrid ni Barcelona ni Chelsea ni Juventus ni Bayern...el Málaga. Porque no hay un equipo que triangule la pelota como el Málaga, porque no hay un equipo que defienda mejor que el Málaga, porque no hay un equipo con la velocidad, la precisión y la verticalidad del mediocampo para arriba que tiene el Málaga y porque no hay un equipo más descarado, desvergonzado e irrespetuoso con el balón en los pies que este Málaga 2012/2013.
Y la culpa es de Manuel Pellegrini, que ayer hasta se le escapó una sonrisa con el 0-1 al borde del descanso. Demuestra día a día que es un entrenador como la copa de un pino. Él no necesita hablar de su mujer en las ruedas de prensa ni pelearse con sus jugadores públicamente para ser noticia. Es el gran artífice callado de la creación de este imparable «bokerón mecánico» que surca los campos de España y Europa. Él ha convertido a un grupo de jugadores de diversas nacionalidades, edades y procedencias en una cuadrilla de amigos que quedan por las mañanas un par de horitas para entrenarse y los fines de semana (y a veces, como ayer, entre semana) para jugar.
No sé lo que va a durar esto. No sé si alguna vez más en la historia volveremos a saborear en Málaga lo que es jugar a este nivel en el Viejo Continente. No sé qué pasará con el jeque dentro de unos meses ni si el club será viable o no económicamente. Pero, de momento, sigamos soñando y que nadie nos despierte. ¡Por favor!

Fuente: La Opinión de Málaga