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Caicedo celebra con Duda su gol en 2010. |
Pero esa goleada no ha sido la única alegría malaguista en el coliseo pamplonica. De los diez encuentros jugados allí por el Málaga CF, tan sólo en una ocasión hincó la rodilla: 3-0 en la octava jornada de la Liga 2010/2011. Los restantes choques se suman por victorias (cuatro) y empates (cinco). Además del citado 1-6, los otros tres triunfos fueron por 0-2 en la Liga 2001/2002, con goles de Darío Silva y Dely Valdés (ambos de penalti); 0-1 en la 02/03 (gol de «Gato» Romero; y 2-3 en el curso 08/09, con tantos de Salva Ballesta, Apoño de penalti y Lolo.
Las cinco igualadas fueron: por 3-3 en la primera vez que se enfrentaban ambos conjuntos bajo la actual denominación malaguista, en la campaña 2000/2001 (en la Liga 1999/2000, el Osasuna estaba en Segunda División), con goles de Dely Valdés, Rufete y Zárate, los empates a uno en las temporadas 2003/04, (Insúa), 2005/06 («Chengue» Morales) y 2011/12 (Cazorla) y el 2-2 en la Liga 2009/10 (dianas anotadas por Baha y Caicedo).
20 goles en 10 partidos. El balance anotador es de 20 goles a favor y solamente 14 en contra a lo largo de esos diez partidos. Y es que el cuadro albiceleste sólo se quedó sin batir al portero rojillo en la única derrota sufrida (3-0).
La sensación de muchos jugadores malaguistas cuando acuden al estadio del Atlético Osasuna (antiguo Reyno de Navarra, que ha recuperado este año su nombre tradicional) es que se trata de un campo muy complicado, donde el equipo local y, sobre todo, la afición se convierten en un obstáculo casi insuperable. Sin embargo, el Málaga CF sólo cuenta un fracaso deportivo en la última década, lo que evidencia la trayectoria casi inmaculada de los blanquiazules cuando se han desplazado a las tierras navarras.
El Sadar es el estadio talismán para los malaguistas, ese campo donde el conjunto dirigido por Manuel Pellegrini debe recobrar las sensaciones del triunfo después de dos derrotas sufridas de forma consecutiva en La Rosaleda frente al Rayo Vallecano y la Real Sociedad. Es el momento de la reacción en un campo que empuja pero donde el Málaga CF suele marcar y donde el triunfo está casi siempre más cercano que la derrota.
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