Supongo que al traducir del árabe al español alguien la jodió con el «google-translate». De lo contrario no me explico la notita de seis líneas hablando de vender a Cazorla y todo aquél por el que llegue una propuesta medianamente razonable para tomar impulso y fortalecer la entidad. Que nadie se preocupe en Catar. El malaguista de militancia no va a devolver el segundo cargo del carnet. Los que se subieron a la ola del jeque puede que sí. Pero serán los menos. Los que sienten el escudo dirán adiós muy buenas a Toulalan y compañía. Estamos acostumbrados a garrafón. Lo que no consentimos es la mentira. Ni la farsa. Ni los teatrillos de Ghubn (¿dónde está escondido?). O el Catar Stadium. Y La Academia (con las habituales y muy malagueñas piedras institucionales en el camino). Gracias al jeque por este «sueño interruptus». Si sigue en Málaga, que dé la cara. Y si no, ojalá que salga un comprador que evite que Moayad Shatat (Derribos y Exterminio S.A.) cumpla con su cometido.
Fuente: La Opinión de Málaga
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