El Málaga abrió la caja de Pandora y el Betis se quedó sin paragüas para guarecerse de semejante tormenta de fútbol. Adrián hizo un enorme paradón a Joaquín y en el minuto 21 Camacho estrelló un cabezazo en el poste, antesala de lo que sucedió en el minuto 28, un carrusel de magistrales paredes concatenadas entre Saviola y Portillo. El paleño, en fuera de juego, asistió 'a lo Jordan' al Conejo, que se mueve entre líneas como un titán. Con autoridad anotó su segundo gol en la Liga (tercero si le sumamos el que colocó al Zenit).
El Betis no daba abasto. Con las magulladuras aún sangrando tras el expolio arbitral que había padecido tres días antes contra el Atlético, y con ocho que repitieron alineación, se agotó y se rebotó. Demasiado fustigamiento quedarse con un futbolista menos de primeras. En el Villamarín no están nada contentos con los arbitrajes. Pero la realidad era que el barco de Mel era una canoa en mar gruesa. En busca de soluciones.
La tempestad seguía. Mario había rebañado una ocasión que Saviola se disponía a enganchar y sacó otra debajo de los palos a Eliseu. Adrián, que tiene una pinta estupenda, detuvo dos misiles... Todo eso en apenas 10 minutos que no fue contrarrestado por la primera oportunidad que tuvo el Betis (minuto 61) en un contragolpe de Rubén Castro.
Festival final
. El público de La Rosaleda, extasiado por el bello espectáculo que estaba contemplando pidió unánimemente a Roque Santa Cruz. Y Manuel Pellegrini les complació sacando al paraguayo, que ha jugado 'sólo' tres mundiales. El sustituido, Saviola, se llevó una estruendosa ovación.El festival continuaba. En el minuto 72 Nacho Monreal, otro que está en el mejor momento de su carrera deportiva, metió un centro al área y el balón se introdujo en el fondo de la red. Mientras todos le felicitaban, el navarro decía: "Yo no lo he marcado". El autor fue Amaya en propia puerta.
Era lo que le faltaba al sufrido Betis que, un minuto después, se encontró con la elegancia, la inteligencia y la calidad de Isco con una definición de genio que desembocó en el 4-0. El Málaga se adornaba y el Betis rogaba por un pitido final que le liberase de semejante suplicio. No le bastaron las cuatro paradas de Adrián, la brega del estupendo Cañas, la aplicación de un Beñat desesperado o los destellos de Rubén. Su rival era una apisonadora. El público, que despidió a Joaquín con otra ovación, terminó coreando las acciones de sus toreros con olés y sobre todo con cánticos dedicados al que ahora mismo es su indiscutible ídolo, Pellegrini, que ayer celebraba con esplendor su partido número 300 como entrenador en Primera. Fiesta total. En un balance objetivo, el Málaga pudo haber ganado tranquilamente al Betis por 10-0.
Nadie puede detener al equipo de moda del fútbol español y, posiblemente, europeo. El Betis, víctima del éxito continental del Atlético de Madrid que le obligó a descansar esta semana más bien poco, sigue en una buena posición aunque aún está herido. Y ayer notó el agotamiento tanto mental como físico en una semana complicada. Y encima se ha encontrado con el mejor Málaga visto y contado de todos los tiempos. ¿Tiene techo este equipo?
Adrián debutó; Joaquín, gol 50
Fabricio se quedó fuera de la convocatoria por lo que el canterano Adrián ocupó su lugar. La expulsión de Casto, por cometer penalti sobre Eliseu, obligó a Mel a darle salida. Agra fue el sacrificado. Joaquín transformó la pena máxima en su gol número 50 como jugador de Primera División. Pese a los goles recibidos, Adrián mostró buenas maneras.El crack
JoaquínOtro festival de fútbol del genio portuense, que además marcó su gol número 50 en Primera.
¡Vaya día!
CastoEscogió la decisión equivocada en el uno contra uno con Eliseu. Su expulsión mató al Betis.
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