Su calvario empezó mucho antes que aquel 1 de octubre de 2011. Un pisotón de un compañero en la estadía de Campoamor el 12 de julio le provocó fuertes dolores que rebajó con vendajes que comprimieron la zona dañada. Así pasó Baptista la pretemporada y jugó cuatro partidos de Liga. Hasta que el dolor y la búsqueda de una segunda opinión lo llevó para Barcelona a visitar al doctor Cugat. Tenía roto un hueso semidesconocido, el semoideo. Después llegaron los malentendidos en la prevención y el tratamiento de la fractura. Y el oscurantismo. Hasta que en diciembre decidió operarse en el Royal Marbella Hospital por el doctor Petr Spurek en una decisión que dio que hablar.
El brasileño comenzó entonces la rehabilitación con Spurek y posteriormente con los médicos del club. Corría el mes de febrero y la ‘Bestia’ llegaba incluso a tocar balón en la arena. Sin embargo, durante la rehabilitación sufrió otro revés, una rotura muscular en el sóleo que lo llevó a Brasil para ser tratado por su fisio de confianza, Luiz Rosan. En su país permaneció varias semanas recibiendo incluso la visita del que era director deportivo, Antonio Fernández. Durante ese espacio de tiempo, Rosan declaró públicamente que su paciente tenía además una tendinitis crónica de Aquiles. Un problema al que en un principio no se le dio mucha importancia. Se esperaba incluso que volviera al final de campeonato pasado…
Baptista volvió a Málaga el 19 de abril y llegó a declarar que tenía muchas ganas de ayudar al equipo en la recta final. Pero sus opciones de jugar eran nulas, su recuperación no era total. El brasileño continuó, con optimismo a través de Twitter, con su trabajo de recuperación concienzudo y metódico, incluso en sus vacaciones estivales. Justo al volver de las mismas llegó el último giro de tuerca en su calvario. Una exploración con Cugat el 3 de julio confirmó una rotura parcial del tendón de Aquiles. Baptista fue intervenido ese mismo día. Actualmente, el jugador se recupera de esa última intervención que, según se comunicó oficialmente, le tendría parado cuatro meses. Si se cumplen esos plazos, las visitas a Barcelona para su supervisión arrojan luz optimista, el brasileño debería volver a los campos en el mes de noviembre. La hinchada le espera con los brazos abiertos. Un año sin las garras de la ‘Bestia’ es demasiado tiempo.
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