Una de cal y otra de arena

 

Las buenas noticias nunca llegan solas. Y la alegría que ha generado ver a Julio Baptista sobre el césped del Ciudad de Málaga trabajando al mismo nivel de sus compañeros, contrasta con la inquietud que genera la lesión de Monreal. Dos hombres importantes en los esquemas de Manuel Pellegrini que ofrecen la cara y la cruz de la enfermería blanquiazul. El brasileño, tras más de un año de baja y constantes lesiones, parece haber visto la luz al final del túnel. Trabaja con normalidad y se le ve feliz. Ya acumula dos entrenamientos con el grupo sin ningún tipo de problema o molestia. Por su parte, el lateral navarro no ha mejorado de los problemas lumbares que sufriera en la última convocatoria con la selección española y desde el club se teme que la lesión tenga aún consecuencias peores que podrían tenerle entre dos y tres meses más de baja si se confirman los peores pronósticos.

Monreal lleva en reposo desde su regreso y aún no ha podido trabajar con el grupo, ni siquiera en solitario. Sus dolencias no mejoran y la preocupación crece en el seno de la entidad malaguista. De hecho, se teme que podría tener dañada una vértebra o un disco, lo que podría obligar al jugador a pasar por el quirófano en función de la lesión. Si esto se confirma, el jugador podría llegar a estar tres meses más fuera del terreno de juego.

La delicada situación en la que se encuentra, recuerda a las sufridas por jugadores como Higuaín o Cazorla en anteriores temporadas. En ambos casos se optó primero por un tratamiento conservador, aunque finalmente tuvieron que operarse y perderse buena parte de la temporada. A la espera de conocer oficialmente la lesión real que sufre Monreal, las alarmas ya están encendidas en el club, que podría quedarse sin uno de sus jugadores clave para el tramo más importante de la temporada. Incluso, si se sigue prolongando su periodo de baja, el Málaga debería percibir una indemnización económica tras haberse lesionado durante la preparación de un compromiso internacional.

Aunque las malas noticias que llegan sobre la lesión del navarro, parecen menos con el acelerado proceso de recuperación que lleva Julio Baptista. El brasileño viene como una moto. Un año parado es mucho para un futbolista, y más si el equipo está disfrutando de un momento dulce tanto en Liga como en Champions. Desde aquel gol de chilena ante el Getafe, Baptista no ha vuelto a tocar un balón en competición oficial. Ahora, tras un largo proceso en el que ha sufrido varias lesiones, ya se entrena con normalidad junto al resto de sus compañeros. Un premio a la paciencia y a la constancia.

Su regreso no estaba previsto hasta diciembre, pero Baptista ha adelantado los plazos y ya cuenta los días para volver a pisar el césped de La Rosaleda. Aun así, ni el club ni el jugador quieren correr riesgos. Se seguirá un proceso normal de adaptación y cuando las partes lo estimen conveniente, el 10 malaguista volverá a enfundarse la elástica blanquiazul. Que sea antes de final de año depende única y exclusivamente de las sensaciones del jugador en el día a día.

Una de los noticias más gratas, que viene acompañada de la incertidumbre que se ha generado con Monreal. La preocupante lesión del navarro trae de cabeza al cuerpo médico malaguista, que al menos ya contempla como Julio Baptista vuelve a sentirse jugador de fútbol un año después.