Costa del Sol de contrastes

 

En la calurosa noche de ayer, segunda de Feria, La Rosaleda ofreció un fiel reflejo de lo que es el Málaga actualmente. Prácticamente vacía, salvo por los casi 4.000 valientes que acudieron a la llamada del club. Un contraste brutal comparado con la asistencia de 16.000 espectadores de la edición anterior. En medio de una Rosaleda desangelada destacaron dos pancartas en protestas hacia la Junta y Hacienda. Ambas fueron rápidamente retiradas por miembros del cuerpo de Policía.

La mejor estampa la pusieron las nuevas camisetas del Málaga, que destacaban entre tanto asiento azul y blanco vacío. El cuello retro de la primera, la negra y, sobre todo, la verde han calado en la afición, que acudió más a la venta de las camisetas que al partido.

El choque se contagió de la ausencia de público y la somnolencia del juego de ambos conjuntos sólo se rompía por momentos con los cánticos a Toulalan o a Manuel Pellegrini. Los que no defraudaron fueron los seguidores del Everton, tanto en los prolegómenos del partido, como durante el mismo. El club inglés presentó en Málaga a siete miembros de su gabinete de comunicación, muestra de la estructura interna que posee y otro de los grandes contrastes que se vieron en la grada.

Donde no se vieron cambios fue en los dorsales del equipo. El 10 queda libre y mucho se había especulado con la posibilidad de que Isco cambiase de número. Portillo y Julio Baptista también se habían postulado para cogerlo. Los malagueños mantuvieron los de la temporada pasada, mientras que el brasileño no se vistió de corto, por lo que se desconoce si asumirá el emblemático dorsal que hasta esta temporada había llevado Apoño. Como curiosidad, el 9 de Van Nistelrooy tampoco ha sido ocupado hasta el momento y dos de los dorsales más apetecibles siguen libres a la espera de futuros refuerzos.

Fuente: Málaga Hoy