lunes, 10 de diciembre de 2012

El éxito de la tenacidad

 
Puede sonar excesivo, pero durante muchos meses Camacho ha sido el 'patito feo' de los fichajes, el jugador menos mediático incorporado a la plantilla. Primero, porque llegó acompañado de jugadores más contrastados, y después, porque entre junio y julio del año pasado se produjo el 'gran desembarco' gracias al talonario de los dueños del Málaga. En cambio, el centrocampista aragonés siempre estuvo en un segundo y hasta tercer plano. Pocos veían en él a un futbolista interesante para el nuevo megaproyecto. No obstante, al final vuelve a quedar patente que la tenacidad lleva al éxito.

«Es un martillo pilón; crees que te vas de él y te lo vuelves a encontrar». Esta reflexión de algún jugador del Málaga invita a pensar que el elogiado es Toulalan. Pero no. Se trata de Camacho. Durante meses se criticó su incorporación por parte del director deportivo, Antonio Fernández, pero el jerezano siempre defendió que a la larga sería pieza importante del proyecto. Y también durante meses el aragonés fue ese futbolista al que en los aeropuertos casi nadie hacía caso, en el que casi nadie se fijaba, al que casi nadie le pedía un autógrafo.

Camacho no lo ha tenido fácil. En su primera temporada fue el sacrificado tras el descalabro de los menos habituales en el Bernabéu y solo una soberbia actuación en el Calderón, en el inolvidable 0-3, lo rescató para el chileno. En la segunda no solo llegó un titular indiscutible, Toulalan, sino que al francés lo acompañaron Cazorla o Duda, y hasta Demichelis pasó a estar por encima de él.

Pero Camacho nunca tiró la toalla. Trabajó como el que más en los entrenamientos -no le faltó el apoyo de compañeros que son amigos- y asimiló como una esponja todos los consejos tácticos del entrenador. Se superó día a día para estar plenamente preparado en el momento en que le llegara la oportunidad. Y ocurrió precisamente cuando él ya se planteaba salir. Su mentalidad y su ambición lo forzaban a dar el paso cuando otros habrían optado por mantenerse cómodo a la sombra del grupo. Se vio con tanta confianza, propia y del entrenador, que decidió continuar. Después de tres meses de competición es imprescindible en el equipo. Y, como bien valoran los técnicos, siempre con ganas de aprender y de elevar el nivel del colectivo. Lo suyo es tenacidad.

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